La candidiasis es una infección causada por diferentes especies del hongo Candida, siendo la más común la Candida albicans. En condiciones normales, el hongo de la candidiasis vive de forma inofensiva en nuestro organismo, especialmente en la piel, la boca, el intestino y la vagina.
¿Quién padece candidiasis?
En general, las infecciones vaginales afectan a mujeres de todas las edades y constituyen uno de los motivos principales de consulta en Atención Primaria. Se estima que el 75% de las mujeres experimentan un episodio de vulvovaginitis a lo largo de su vida y el 40-50%, al menos, un segundo, de acuerdo a la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
De estas infecciones, al menos el 25% son candidiasis, el tipo de vulvovaginitis con mayor prevalencia en Europa y el segundo en Estados Unidos.
Así mismo, también es importante mencionar la frecuencia con la que se da esta infección: el 75% de las mujeres van a desarrollar infección vaginal por hongos en algún momento de su vida y, de ellas, casi la mitad desarrolla recurrencias. Es más, hasta un 5% de mujeres pueden sufrir incluso más de 4 episodios al año.
¿Cuáles son sus causas?
La flora bacteriana, también conocida como microbiota vaginal, es un conjunto de bacterias, virus y hongos que habitan en esta zona del cuerpo y evitan que proliferen en ella o la colonicen organismos patógenos susceptibles de producir infecciones y problemas vaginales.
Como hemos dicho, en el caso de la candidiasis, la infección se desarrolla debido al crecimiento excesivo del hongo denominado Candida albicans, pero existen más de 100 especies de Candida que pueden provocarla, entre las que podemos destacar la C. glabrata y la C. tropicalis.
Síntomas
Picor o purito intenso
Es el síntoma predominante. Este malestar suele ser persistente y puede afectar la calidad de vida de la paciente.
Ardor vaginal
Este síntoma se percibe especialmente durante la micción o las relaciones sexuales (dispareunia)
Sensación de sequedad
Algunas pacientes describen una sensación de sequedad en la mucosa vaginal, lo que puede intensificar el malestar.
Flujo vaginal anormal
Generalmente, se presenta un flujo espeso, blanco y grumoso. Este flujo no suele acompañarse de mal olor, lo que ayuda a diferenciarlo de otras infecciones vaginales, como la vaginosis bacteriana
Enrojecimiento e inflamación
La vulva y la vagina pueden presentar irritación, hinchazón y enrojecimiento. En algunos casos, estas áreas pueden mostrar pequeñas fisuras o lesiones debido al rascado.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la candidiasis vaginal?
- Uso de antibióticos de amplio espectro: Los antibióticos alteran el equilibrio de la microbiota vaginal al reducir las bacterias beneficiosas como los lactobacilos, lo que facilita el crecimiento excesivo de Candida.
- Diabetes mellitus: Las pacientes con diabetes, especialmente si está mal controlada, presentan niveles elevados de glucosa en los fluidos vaginales, lo que favorece el ambiente ideal para el crecimiento de hongos.
- Cambios hormonales: El embarazo, el uso de anticonceptivos hormonales o la terapia de reemplazo hormonal pueden alterar el entorno vaginal, favoreciendo la proliferación de Candida.
- Sistemas inmunológicos debilitados: Las condiciones que comprometen la inmunidad, como el VIH, los tratamientos con quimioterapia o los corticosteroides prolongados, aumentan el riesgo de candidiasis vaginal recurrente.
- Higiene íntima inadecuada: El uso excesivo de duchas vaginales, productos irritantes o jabones puede alterar el pH vaginal y la microbiota protectora, facilitando el crecimiento de hongos.
- Ropa ajustada o no transpirable: Materiales como el nailon o prendas ceñidas pueden aumentar la humedad y el calor en la zona genital, creando un ambiente propicio para la proliferación del hongo.
¿Cómo se diagnostica la candidiasis vaginal?
El diagnóstico clínico debe realizarse mediante una exploración detallada y, en caso necesario, confirmarse con pruebas específicas como el cultivo vaginal o el examen microscópico del flujo. Esto permite diferenciar la candidiasis vaginal de otras infecciones como la tricomoniasis o la vaginosis bacteriana, que pueden compartir algunos síntomas pero requieren tratamientos distintos.
Generalmente, los síntomas desaparecen por completo con el tratamiento apropiado, que suele basarse en la administración de fármacos como el butoconazol, el clotrimazol, el miconazol, la nistatina (por vía tópica) o el cluconazol (por vía oral). Por otra parte, las formas más graves de candidiasis vulvogaginal se tratan durante siete días o con fluconazol por vía oral (150 mg) dos dosis separadas por 72 horas.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) solo recomienda el tratamiento de las parejas en aquellas mujeres que sufren candidiasis vulvogaginal (CVV) recidivante y aconseja solamente visitas de control si los síntomas se repiten en los dos meses siguientes.
Cuándo debes consultar con un ginecólogo
Programa una cita con tu ginecólogo en los siguientes casos:
- Esta es la primera vez que tienes síntomas de candidiasis vaginal.
- No estás segura de tener candidiasis vaginal.
- Los síntomas no desaparecen después de un tratamiento con cremas vaginales o supositorios antimicóticos de venta libre.
- Tienes otros síntomas.
10 consejos para prevenir la candidiasis
Se pueden prevenir infecciones vulvovaginales como la candidiasis con unas pautas de higiene adecuadas y una alimentación saludable:
- 1. Mantén tu área genital limpia y seca.
Mejor lava y limpia esta zona del cuerpo con agua y soluciones de higiene íntima de PH neutro; a la hora de miccionar, debes limpiarte de adelante hacia atrás, para evitar diseminar bacterias de las heces hacia la zona de la vulva; y, en general, no te apliques aerosoles, fragancias o polvos de higiene femenina. - 2. No tomes duchas vaginales.
Aunque muchas mujeres se sienten más limpias si toman duchas vaginales después de la menstruación o las relaciones sexuales, estas pueden eliminar las bacterias beneficiosas que recubren la vagina y que se encuentran allí para protegerla contra los hongos que producen la candidiasis. - 3. No utilices ropa demasiado ajustada.
Unos pantalones demasiado ceñidos pueden llegar a causarte irritación. Por otra parte, recurre a la ropa interior de algodón y a los pantis o medias con entrepierna también algodón. Es mejor que evites la ropa interior de seda o nailon, ya que estos tejidos pueden incrementar la sudoración en el área genital y ocasionar irritación. - 4. No lleves nunca prendas húmedas.
Después de practicar la natación, darte un baño o hacer cualquier tipo de ejercicio en que se haya producido sudoración, ponte cuanto antes ropa interior limpia y seca y prendas de vestir holgadas. Lava la ropa húmeda o mojada cada vez que la uses. - 5. Mejor utilizar compresa.
Durante el ciclo menstrual, es preferible que uses compresas a tampones y que las cambies con frecuencia. No se recomienda el uso continuado de protectores –también conocidos como salvaslips-. - 6. Usa preservativos cuando mantengas relaciones sexuales.
Aunque la candidiasis no es una infección de transmisión sexual, sí está relacionada con una actividad sexual frecuente. Evitarás contraer o diseminar infecciones si usas preservativos. Si tienes la enfermedad, es mejor que no mantengas relaciones durante la fase aguda. - 7. Cuida tu alimentación.
Si tu dieta es excesivamente rica en hidratos de carbono, intenta reducirlos a los niveles normales (45-60%), pues el exceso de carbohidratos favorece el crecimiento de bacterias patógenas en el tracto intestinal y urinario. Si tienes diabetes, controla también tus niveles de azúcar en sangre. Por último, reduce, dentro de lo posible, la ingesta de grasas, sobre todo, saturadas y procura comer yogures varias veces a la semana porque son ricos en lactobacilos. - 8. Consulta a tu ginecólogo.
Si notas alguno de los síntomas de la candidiasis, consulta a tu ginecólogo para que te realice una exploración y diagnostique si padeces la infección o no, y establezca el consiguiente tratamiento. - 9. Cumple el tratamiento indicado.
Nunca te automediques aunque creas que sufres la infección, sino que debes seguir el tratamiento establecido por el ginecólogo, sin interrumpirlo ni acabarlo antes de tiempo. - 10. Recurre a los probióticos.
Sobre todo durante y después de haber tomado antibióticos, los probióticos pueden ser una alternativa terapéutica a tener en cuenta para prevenir este tipo de infecciones, ya que te ayudan a mantener la flora vaginal.