L - V: 08:00 - 18:00

La colestasis intrahepática gestacional es una de las patologías del hígado más frecuentes durante el embarazo. Se trata de un trastorno que ocasiona un bloqueo de la bilis a nivel de los conductos que tiene el hígado por dentro, es decir, no se puede expulsar correctamente, produciéndose una acumulación de la misma y una dificultad a la hora de digerir los alimentos.

Suele suceder con más frecuencia en el tercer trimestre, normalmente después de las 26 semanas, pero hay evidencia de casos diagnosticados desde las seis semanas de gestación.

A parte de la genética, también influye el ambiente hormonal del embarazo. La progesterona, hormona por excelencia de la gestación, hace que la musculatura lisa de los conductos biliares esté más relajada y le cueste un poco más realizar su función.

Los estrógenos también están elevados en la gestación, sobre todo en el tercer trimestre. Se cree que se produce una alteración en el metabolismo de estas hormonas sexuales que hace que re-circulen en sangre y agraven el cuadro.

El síntoma más frecuente es un picor intenso, que aparece o se intensifica por la noche, que no deja descansar. Es típico el inicio en las palmas y plantas de los pies, pero se va extendiendo hacia el centro del cuerpo. Se diferencia de otras patologías que pueden cursar con picor, porque en este caso no hay granitos, ni rojeces, ni manchitas. Eso sí, puede haber lesiones por rascado.

Otros síntomas menos específicos pueden ser náuseas, vómitos y dolor en zona derecha superior del abdomen. Por supuesto, ante estos síntomas, siempre se debe acudir a urgencias y se deben descartar otras patologías

¿Cómo se diagnostica la colestasis del embarazo?

Un diagnóstico de colestasis se puede hacer por hacer una historia clínica completa, exploración física y análisis de sangre que evalúan la función hepática, los ácidos biliares y la bilirrubina.

¿Cómo se puede ver afectado el bebé si la madre es diagnosticada con colestasis

La colestasis puede aumentar los riesgos para sufrimiento fetal, parto prematuro, o nacimiento de un niño muerto. Un bebé en desarrollo se basa en el hígado de la madre para eliminar los ácidos biliares de la sangre; Por lo tanto, los niveles elevados de la bilis maternas causar la tensión en el hígado del bebé. Las mujeres con colestasis deben ser monitoreados de cerca y seria consideración se debe dar a la inducción del parto una vez que los pulmones del bebé han alcanzado la madurez.

Tratamiento

Una vez que tu ginecólogo analice tu sintomatología e historial clínico, te realizará una revisión física y te solicitará exámenes de sangre con el objetivo de verificar el funcionamiento del hígado, medir el nivel de sales biliares que hay en la sangre y una ecografía de los conductos biliares.

El plan de tratamiento se establece en función de tu embarazo y salud en general, pero el objetivo es aliviar la comezón y prevenir las complicaciones para el bebé durante la gestación, mediante:

  • Medicamentos tópicos o con corticoides.
  • Baños de agua frío y hielo.
  • Suplementos de vitamina K.
  • Mediciones del nivel de bilis en la sangre y de la función hepática.
  • Supervisión continua del desarrollo del bebé.
  • Perfil biofísico fetal.
  • Pruebas en reposo.
  • Parto anticipado a fin de disminuir el riesgo de muerte fetal

 

Prevención de la colestasis del embarazo y alivio de los síntomas

En la actualidad, no hay ningún método efectivo para prevenir esta enfermedad hepática, pero si quieres quedarte embarazada, es recomendable eliminar el alcohol, seguir una dieta sana y evitar el sedentarismo. Por otro lado, Clínica Trotula recomienda (a las mujeres que sufran colestasis del embarazo) una dieta sana que facilite el funcionamiento del hígado y ayude a reparar algunos daños hepáticos, ya que algunas pruebas sugieren que una alimentación saludable puede reducir algunos de sus síntomas.

En la dieta deben predominar los alimentos frescos (preferiblemente orgánicos) y depurativos, ricos en antioxidantes, como frutas (sandía, melón, naranja, piña, manzana, melocotón, fresa, mora, frambuesa), verduras y hortalizas (pepino, brócoli, apio, espárragos, tomate, pimiento, ajo, cebolla, aguacate, berenjena), legumbres y pescado con ácidos grasos omega-3 (evitando los que tengan mercurio). Además, se recomienda beber de ocho a doce vasos de agua diarios y una taza de agua con medio limón exprimido, para desintoxicar el hígado.

 

La difusión del contenido del presente material es únicamente para fines informativos y no sustituye bajo ninguna circunstancia o condición acudir a una consulta con el médico especialista

 

Clínica

En Clínica Trotula estamos especializados en salud femenina y nuestras profesionales están comprometidas en dar la mejor atención.

Contactanos

Llámanos al  950 282 882 si necesitas asesoramiento personalizado.