Cuando una mujer está embarazada, es habitual que se preocupe por las posibles complicaciones que pueden ocurrir durante el embarazo. Estos problemas pueden afectar tanto a la embarazada como a su bebé o, incluso, a los dos.
Las causas de las complicaciones del embarazo van a depender del problema concreto que esté experimentando la mujer. Sin embargo, hay ciertas circunstancias que estarían relacionadas con un mayor riesgo de tener complicaciones obstétricas. Algunas de ellas son las mencionadas a continuación:
- Edad materna avanzada o madre adolescente.
- Diabetes.
- Hipertensión arterial.
- Obesidad o bajo peso.
- Enfermedades de transmisión sexual (ETS).
- Enfermedades autoinmunes.
- Trombofilias.
- Embarazo previo con complicaciones.
- Embarazo múltiple.
- Consumo de alcohol, tabaco y/o drogas.
- Otras enfermedades: cardiacas, metabólicas (por ejemplo, de la tiroides), asma, epilepsia…
Es muy importante (y cada vez más frecuente) acudir a consulta cuando se quiere buscar un embarazo. De este modo, el ginecólogo podrá valorar el historial médico y si están aumentados ciertos riesgos. Así, la embarazada estaría prevenida sobre ellos y más controlada para evitar su aparición o para detectarlos cuanto antes.
Además, si la mujer está en tratamiento farmacológico para alguna enfermedad previa a la gestación, el médico debe valorar si es necesario suspenderlo o modificarlo. Algunos medicamentos no son aptos para el embarazo y podrían suponer riesgos para el feto y para el correcto desarrollo de la gestación.
Posibles complicaciones
Entre las diferentes complicaciones que pueden surgir en el embarazo, vamos a mencionar algunas de las más comunes.
1.- Diabetes gestacional
En este caso, la diabetes aparece o se detecta en el embarazo y se caracteriza porque los niveles de glucosa en sangre están elevados (hiperglicemia) durante la gestación. Generalmente, esta situación se resuelve una vez que la mujer da a luz, aunque podría desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.
La diabetes gestacional puede aumentar las tasas de preeclampsia y parto por cesárea. Este tipo de diabetes también está relacionada con la macrosomía (peso al nacer mayor de 4 o 4,5 kg). Además, la hiperglicemia durante el embarazo puede tener también consecuencias a largo plazo para el bebé, como un mayor riesgo de padecer obesidad y diabetes tipo 2.
Lo ideal es mantener controlados los niveles de glucosa en sangre materna, con una intervención nutricional acompañada de ejercicio y, si fuera necesario, con fármacos.
2.- Preeclampsia
La preeclampsia es una complicación que puede aparecer a partir de la semana 20 de gestación o en las primeras semanas después del parto. Esta complicación está asociada a hipertensión y a la presencia de proteínas en la orina (proteinuria). No obstante, este trastorno también puede involucrar a otros órganos, es decir, es multisistémico.
La preeclampsia, como puede afectar a la placenta, podría causar restricción en el crecimiento intrauterino o un parto prematuro.
3.- Parto prematuro
Generalmente, se habla de parto prematuro cuando este tiene lugar antes de las 37 semanas de gestación. Un parto prematuro puede tener importantes consecuencias para el bebé, ya que, por ejemplo, su sistema respiratorio no será maduro.
Por tanto, cuanto antes se produzca el parto respecto a la fecha del parto a término, el bebé podrá tener un mayor número de complicaciones.
4.- Aborto espontáneo
Se trata de la pérdida involuntaria de un embarazo antes de la semana 20 de gestación. De manera más frecuente, los abortos espontáneos se producen en el primer trimestre de embarazo y, en ocasiones, cuando la mujer aún ni es consciente de que está embarazada.
Entre los síntomas de una amenaza de aborto, se encuentra el sangrado vaginal y el dolor abdominal. Si la mujer presenta estos síntomas, lo mejor será que consulte de inmediato con el ginecólogo para que pueda valorar rápidamente la situación. Aunque en ocasiones no se pueda evitar, es importante mencionar que no todas las amenazas de aborto acaban con la pérdida gestacional.
5.- Problemas con la placenta
Durante el embarazo, también pueden ocurrir ciertos problemas relacionados con la placenta, como la placenta previa o el desprendimiento prematuro.
Placenta previa se refiere a una placenta que cubre total o parcialmente la abertura del cuello uterino y, por tanto, el canal del parto. Cuando se diagnostica en el periodo inicial de la gestación, es posible que la placenta previa se resuelva. En caso contrario, lo más probable es que la embarazada dé a luz por cesárea.
Por su parte, el desprendimiento prematuro de la placenta es una complicación que consiste en que la placenta se «despega», lo que lleva a que el bebé reciba menos oxígeno y nutrientes y a que la madre pueda sufrir una hemorragia.
6.- Hiperémesis gravídica
La hiperémesis gravídica consiste en la presencia constante de náuseas y vómitos durante el embarazo. Se trata, por tanto, de una forma más severa de las náuseas y vómitos que muchas mujeres experimentan en el primer trimestre de gestación. Esta situación lleva a deshidratación, desnutrición y pérdida de peso en la embarazada.
Los síntomas de la hiperémesis gravídica son más notorios e importantes en la semana 12, pero suelen mejorar después de las 20 semanas de gestación.
En cuanto a los efectos para el bebé, la hiperémesis gravídica estaría relacionada con el parto prematuro, con un bebé pequeño para la edad gestacional y con el bajo peso al nacer.
7.- Anemia
En la mujer embarazada puede ser frecuente la anemia por déficit de hierro o anemia ferropénica, ya que las necesidades de hierro son mayores durante la gestación.
El hierro forma parte de la hemoglobina, imprescindible para el transporte del oxígeno en nuestra sangre (en los glóbulos rojos). De esta manera, si la hemoglobina se encuentra en niveles bajos, podría estar relacionada con un parto prematuro y bajo peso al nacer. No obstante, niveles altos de hemoglobina también estarían relacionados con resultados adversos.
8.- Depresión postparto
La embarazada puede sentirse vacía o triste e, incluso, tener sentimientos contradictorios durante unos días después del parto, lo que podría estar relacionado con los cambios hormonales que ha experimentado.
Sin embargo, la mujer puede presentar síntomas de depresión de una manera más prolongada (depresión postparto). Entre estos síntomas se puede encontrar:
- Tristeza.
- Llanto.
- Impotencia, cansancio.
Es muy importante detectar la depresión postparto cuanto antes y acudir al especialista. Él determinará la mejor manera de ayudar a la mujer, ya sea mediante terapia y, si lo cree conveniente, con la administración de ciertos fármacos.
9.- Infecciones
Una infección en la madre se puede transmitir al bebé en el embarazo, el parto o durante la lactancia materna. Por tanto, adquiere especial relevancia comprobar, antes de quedarse embarazada, si la mujer tiene alguna infección que pudiera afectar al feto, así como si está inmunizada frente a ciertas infecciones. De este modo, la mujer puede recibir algún tipo de tratamiento si fuera necesario o, quizá, puede ser conveniente la administración de alguna vacuna.
Por otro lado, será importante evitar contraer infecciones durante el embarazo. La gestante deberá tener en cuenta ciertas recomendaciones como:
- Tener especial precaución a la hora de cocinar la carne, ya que no debe consumirla cruda o poco hecha. Tampoco debe consumir crudos los pescados, mariscos ni los huevos.
- Lavar todas las frutas y verduras, especialmente si se van a tomar en crudo.
- No tomar leche ni quesos que no estén pasteurizados.
- Lavarse las manos inmediatamente después de tocar alimentos crudos, los utensilios con los que se han manipulado (y lavar estos adecuadamente) y también tras tocar animales.
Además, la embarazada debe tener cuidado con los gatos y sus heces, así como al limpiar su arenero. La mujer debe usar guantes para hacerlo e, incluso, es mejor si otra persona puede cambiar la arena por ella. De este modo, se reduce el riesgo de que la embarazada contraiga toxoplasmosis.
Otras complicaciones en el embarazo
La embarazada también puede ser más susceptible a padecer otras complicaciones, como los problemas de encías o las hemorroides.
Los cambios hormonales durante el embarazo llevan a un aumento en la inflamación de las encías de la gestante. Además, la enfermedad periodontal podría estar relacionada con efectos adversos en el embarazo como parto pretérmino, bajo peso al nacer y preeclampsia.
Por otro lado, también suele ser frecuente que la embarazada sufra de estreñimiento, lo que favorece la aparición de hemorroides. Por ello, es recomendable que la mujer lleve una dieta que incluya fibra y que beba suficiente agua.