El útero septado, también llamado útero septo, es una malformación uterina congénita en la que, exteriormente, el útero tiene un aspecto correcto, aunque internamente queda separado por un tabique. Corresponden a una malformación congénita del útero, en la que existe falta de fusión y de canalización del tubérculo Mülleriano con el bulbo seno-vaginal.
Dentro del útero septo pueden distinguirse dos tipos:
- Útero septo completo, que es aquel que está totalmente separado en dos desde arriba hasta abajo.
- Útero septo parcial, que es aquel que solo presenta una pequeña parte del tabique que lo separa.
Además, también pueden darse casos de que se presente un tabique vaginal o hasta un doble cérvix.
Síntomas del útero septo
Si bien el útero septo no tiene por qué presentar ninguna sintomatología, sí que pueden observarse casos en los que se produzcan síntomas como los siguientes: abortos recurrentes, infertilidad, dismenorrea, relaciones sexuales dolorosas, problemas intestinales e infecciones urinarias.
¿Cómo afecta a la fertilidad el útero septo?
Este útero septado suele ser el más común en aquellas mujeres que presentan una malformación uterina, pero en el caso de un útero septado completo es cuando hay más riesgos y problemas en cuanto a la reproducción, pues el índice de abortos espontáneos en gestación avanzada es muy elevado y el riesgo de parto prematuro, en el caso de que el embarazo avance, también.
Aun así, su tratamiento es muy sencillo, puesto que puede revertirse a través de una histeroscopia.
Diagnóstico del útero septado
Para poder diagnosticar un útero septado completo o parcial, el primer paso es acudir al ginecólogo para que este pueda llevar a cabo una exploración de la cavidad uterina. Esto se hace a través de una ecografía transvaginal que, en la mayoría de los casos, arroja toda la información necesaria para poder hacer un diagnóstico.
Para su localización, así como para descartar otras anomalías, la ecografía y la resonancia magnética, son de gran utilidad, pero el estándar de oro en el diagnóstico, de esta malformación uterina, es la histeroscopia.
Tratamiento del útero septado
El tratamiento para el útero septado no es necesario si la mujer no tiene síntomas o no tiene la intención de quedarse embarazada. Si existe dolor pélvico o endometriosis, o los abortos espontáneos se están sucediendo, el médico especialista puede recomendar la cirugía para mejorar la situación y facilitar la fertilidad y el buen desarrollo del embarazo.
Es importante saber que la operación debe llevarse a cabo, siempre, antes de quedar embarazada, y que consiste en una histeroscopia. La histeroscopia es un procedimiento sencillo que se realiza bajo sedación completa y que no conlleva más de 15 o 20 minutos, aunque al tener que eliminar el tabique que separa el útero, es posible que el tiempo se extienda hasta, más o menos, una hora.
Durante el procedimiento, el ginecólogo insertará un tubo delgado a través de la vagina, que tiene una cámara al final para poder ver en imágenes qué hay en el interior. Además, a través del histeroscopio se inyecta un líquido, o gas, que hace que se expanda el útero para poder trabajar mejor en él.
A través del tubo introducido en la vagina, también se insertan los instrumentos que son necesarios para eliminar el tabique y, una vez realizado todo el procedimiento, la mujer quedará en una sala preparada para despertar de la anestesia.
Pasado el tiempo pertinente, en el mismo día y si no hay complicaciones, la mujer puede volver a casa y regresar a los dos meses para ver que todo esté correcto e iniciar el tratamiento adecuado para poder buscar el embarazo.
La histeroscopia es una cirugía sencilla y que aporta grandes beneficios para aumentar la probabilidad de quedar embarazada y disminuir el riesgo de padecer abortos.