Los sentimientos y emociones que la mujer puede sentir después de un aborto, tanto espontáneo como programado, son variadas y suelen estar desatendidas por familiares y conocidos, quizás por la idea de que perder un bebé no nato es menos doloroso que una ya nacido.
Nuestra psicóloga está especializada en diferentes técnicas de psicología y psicoterapia. Cada paciente hay que tratarla como persona individual, con el fin de ofrecerle apoyo, comprensión, confidencialidad, seguridad, cercanía y profesionalidad siempre desde una escucha activa y compresiva.
QUE PODEMOS HACER
- Hablarlo sin miedo: parte de la terapia se basará en el diálogo. Es importante gestionar todos aquellos pensamientos, emociones y sensaciones corporales que se producen en el duelo. Evitar hablar sobre ello solo hará que el dolor se acumule en nuestro interior sin llegar a resolverse nunca.
- La relación con el medio que le rodea: cuando se pierde un bebé, las personas del entorno de la mujer pueden no entenderlo: “debes superarlo ya”, “no es para tanto”, “enfócate en un nuevo hijo”… Estas frases, aunque pueden ser dichas para ayudar a la mujer a avanzar, invalidan sus sentimientos y lo que su propio cuerpo le transmite. Si bien es cierto que no es bueno quedar anclado en un duelo, no es más beneficioso hacer como si no hubiera pasado nada, o “taparlo” en lugar de gestionarlo. El duelo duele, y escapar de ese dolor solo hará que la herida no se sane.
- Comprender la pérdida: la culpa y la vergüenza son dos emociones que no se pueden olvidar en los procesos de duelo además de la tristeza y la rabia . Si la mujer ha perdido de forma espontánea al bebé, pueden generarse pensamientos en ella del tipo: “no me cuidé lo suficiente”, “no soy capaz de tener hijos”,etc. El miedo es otro factor para tener en cuenta, puede que la mujer crea que no será ya capaz de tener un bebé en el futuro. Si el aborto ha sido programado, la mujer puede sentir culpa por tomar dicha decisión y vergüenza al contarlo.
- Cuidarse: a veces las personas dejar de comer, de relacionarse, de dormir o de atenderse a uno mismo o a los otros; no es la solución ni acelerará el proceso. Hay que ser consciente de lo que está ocurriendo y buscar apoyo para poder seguir adelante