Es un método anticonceptivo cuya forma es la de un aro que en su interior lleva dos hormonas femeninas (etonogestrel y etinilestradiol), que se liberan diariamente. Es de fácil colocación en el interior de la vagina al igual que para retirarlo.
Para comenzar por primera vez hay que colocarlo el primer día de la regla, dejarlo durante 3 semanas seguidas. La cuarta semana deberá extraerse y será entonces cuando se inicie el sangrado menstrual. Una vez pasada esa semana, se colocará el mismo día de la semana que lo retiró, es decir, si se lo retiró un martes, lo colocará el martes siguiente.
En caso de que el anillo se expulse accidentalmente o se retire durante las relaciones sexuales (no es frecuente pero puede ocurrir), deberá lavarse con agua fría y reinsertarse tan pronto como sea posible en las 3 horas posteriores. Ante cualquier duda consultar con el ginecólogo.
Antes de comenzar con cualquier método anticonceptivo es aconsejable realizar una revisión gionecológica y será ahí donde se indique el mas adecuado a cada paciente y cada año habrá que hacer un control de seguimiento y valorar si se continua o se indica otro método.