Un exudado vaginal es una prueba diagnóstica que consiste en tomar una muestra del interior del cuello uterino y de las secreciones vaginales. Al igual que ocurre con las citologías, el proceso en sí no dura más de cinco minutos y apenas se sienten molestias. Este procedimiento se lleva a cabo cuando se sospecha que puede haber algún tipo de infección. Esto puede deberse a que las secreciones vaginales han cambiado de color, son blancas o con tonos amarillentos, son más abundantes y aumentan su olor. Es importante saber que su aspecto puede variar dependiendo de la edad, de si existe un embarazo o del ciclo menstrual. Por tanto, no tiene por qué ser preocupante. Una vez se analiza en el laboratorio podemos conocer si realmente hay una infección y cuál ha sido el patógeno causante para proceder a su tratamiento.
¿Cuándo se realiza?
- Cuando existe la sospecha de una infección vaginal. La presencia de picor, escozor o ardor, asociado a cambios en las características habituales de la secreción vaginal son síntomas característicos de la presencia de una infección vaginal. Algunas veces, los síntomas y el aspecto del flujo vaginal son tan característicos que el diagnóstico resulta tan evidente no siendo obligada su realización. Pero, ante la duda de que exista infección o del posible agente causante, se toma una muestra de la secreción vaginal. Las características de la secreción como el color, cantidad o la consistencia, orientan al ginecólogo sobre la posible causa de la infección.
- Durante el embarazo. el exudado vaginal se realiza de forma rutinaria en fechas próximas al parto para identificar la presencia del estreptococo agalactiae, una bacteria que se ha relacionado con infecciones en el recién nacido y en la madre. En caso de que se detecte este microorganismo a la embarazada, se le deberá realizar un tratamiento antibiótico profiláctico durante el parto.
¿Cómo se realiza?
Para obtener una muestra del flujo vaginal que sea adecuada para su estudio, esta se obtiene del lugar donde se acumulan las secreciones, el fondo posterior de la vagina (fondo de saco posterior). Para acceder a él, se coloca un pequeño instrumento, llamado espéculo, que abre vagina y exponiendo a la vista las paredes vaginales y el cuello del útero. Este procedimiento es totalmente indoloro, quizá ligeramente molesto para algunas mujeres.
En ocasiones, es preciso que la toma se realice del canal endocervical, es decir a través del orificio del cuello uterino, introduciendo en él un palillo con una terminación de algodón (hisopo). El hisopo se impregna de las secreciones y finalmente se introduce este en un tubo que tiene un medio de cultivo que permite la nutrición de los gérmenes durante el proceso de transporte al laboratorio, donde se hará su análisis.
Cómo prepararse ante un exudado vaginal
No es necesaria ninguna preparación previa especial, tan solo es recomendable:
- Haber finalizado la menstruación tres o cuatro días antes.
- Abstenerse de tener relaciones sexuales en las 48 horas previas a la prueba.
- Lavarse externamente con agua y jabón. No hacer lavados internos ni aplicarse desodorantes vaginales.
- No usar tratamientos tópicos (óvulos, espermicidas, cremas vaginales) siete días antes a la prueba.
¿Cuáles son las principales diferencias entre citología y exudado?
Podemos establecer algunas diferencias entre citología y exudado:
La diferencia principal es el campo de estudio
La diferencia principal es su campo de estudio. Así como la citología se encarga de analizar células aisladas, ya hemos visto previamente cómo se estudian las células del cuello uterino, el exudado pone el foco en las secreciones vaginales. En el primer caso se recolectan las células que se van a estudiar de la zona afectada. En el segundo, se hace un análisis del líquido obtenido para comprobar si contiene bacterias o virus que provocan enfermedades e infecciones.
Objetivo
Otro punto que diferencia a ambas pruebas es el objetivo del diagnóstico. Cuando se realiza una citología a una mujer se pretende detectar la existencia o no de células atípicas, que pueden llegar a ser cancerosas, así como la presencia de infecciones. El exudado, en cambio, busca bacterias, virus, células inflamatorias, rastros de pus o de sangre que nos den pistas acerca de una posible respuesta inmunológica.