La falta de deseo sexual es el bajo nivel de interés en tener relaciones sexuales donde la persona afectada no responde a la voluntad o deseo de actividad sexual de su pareja. El 9,6% de las personas sufren una pérdida de deseo sexual y sólo la tercera parte de ellas consulta a un especialista, sea este ginecólogo, psicólogo, psiquiatra, sexólogo, etc. No obstante, algunos expertos señalan que entre el 21% y el 50% podrían presentar una pérdida de la libido en algún momento de su vida. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no se debe hablar de falta de deseo sexual siempre que esta situación no se haya prolongado durante al menos seis meses.
La ausencia de deseo sexual puede tener diferentes causas, unas físicas y otras de carácter personal (como depresión, ansiedad, fármacos..) . En algunas ocasiones, una libido reducida puede ser un problema crónico resultante de una experiencia sexual traumática en la infancia o por haber aprendido a reprimir los pensamientos sexuales. Puede afectar tanto a la mujer como al hombre. En el caso de la mujer que consulta a un médico por este problema, lo primero que se hace es determinar que la causa no sea hormonal, por ejemplo, por tener bajos los estrógenos, como sucede durante la menopausia. También es frecuente que durante el embarazo o la lactancia la libido de la mujer se vea disminuida. Sin embargo, en la mayoría de los casos el origen de esta disfunción sexual suele ser psicológico o derivarse de la propia relación de pareja. A veces incluso se dan ambos factores,