La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia.
La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es el mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre. Permite que la glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a que las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria. En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia), ya que no se distribuye de la forma adecuada.
Síntomas
Se encuentran los siguientes:
1. Mucha sed (polidipsia)
2. Sensación de mucha hambre
3. Necesidad de orinar continuamente, incluso de noche (poliuria)
4. Pérdida de peso, a pesar de comer mucho
5. Cansancio
6. Visión borrosa
7. Hormigueo o entumecimiento de manos y pies
Si la glucosa sube despacio, de forma progresiva (en general, en la diabetes tipo 2), pueden pasar años hasta que comiencen los síntomas, y por ello la enfermedad puede pasar inadvertida.
Tipos
a) Diabetes Mellitus tipo 1
Está causada por la destrucción de las células productoras de insulina. Suele aparecer en la infancia.
b) Diabetes Mellitus tipo 2
Es la más frecuente y prevenible y se produce por un défict de insulina, que se suma a una acción reducida de esta hormona en los tejidos.
c) Diabetes Gestacional
Aparece en entre un 2 y un 5 por ciento de los embarazos. Se asocia a complicaciones materno-fetales si no se trata adecuadamente.
d) Otros tipos
Otro tipo de diabetes menos conocida es la que aparece por lesión del páncreas, ya sea por una extirpación quirúrgica o por una inflamación. Se denomina diabetes pancreopriva. Otros tipos de diabetes aparecen por causas genéticas o por el consumo de ciertos fármacos.
Diagnóstico
El diagnóstico de la diabetes se realiza midiendo los niveles de glucosa en la sangre. Se trata de pruebas que puede realizar el médico de atención primaria. Ávila explica que solo existen 4 formas de diagnosticar la diabetes:
– Glucemia basal (en ayunas) mayor de 126 mg/dl
– Hemoglobina glucosilada mayor de 6,5%
– Curva de glucemia con 75 g de glucosa mayor de 200 mg/ dl
– Glucemia al azar (en cualquier momento del día) mayor de 200 mg/dl con síntomas típicos
Todos ellos deben ser confirmados en una segunda ocasión menos el último, que se ratifica por los síntomas.
Tratamiento
El tratamiento de la diabetes se basa en tres pilares: dieta, ejercicio físico y medicación. Tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de la normalidad para minimizar el riesgo de complicaciones asociadas a la enfermedad.
La insulina es el único tratamiento para la diabetes tipo 1. Hoy en día solo puede administrarse inyectada, ya sea con plumas de insulina o con sistemas de infusión continua (bombas de insulina). Es preciso ajustar la administración de insulina a lo que la persona come, la actividad que realiza y sus cifras de glucosa, por lo que el paciente debe medirse la glucosa de forma frecuente, mediante el uso de glucómetros (pinchándose los dedos) o con sensores de glucosa interticial , de forma más sencilla y menos dolorosa.
La diabetes tipo 2 tiene un abanico terapéutico más amplio. En este caso, a diferencia de los pacientes con diabetes tipo 1, no siempre va a ser precisa la administración insulina. Adoptando un estilo de vida saludable y perdiendo peso, los niveles de glucosa pueden normalizarse.
Ante cualquier duda o sospecha consulte con su médico.
«Que no duela no quiere decir que no haga daño, y es muy importante el diagnóstico precoz para prevenir la aparición de complicaciones»