La mastitis es una inflamación de la mama que puede ir acompañada de una infección. En la mayoría de los casos, la mastitis se produce durante las primeras seis semanas tras el parto, aunque también se puede dar en cualquier otro momento durante el periodo de lactancia. Las causas de la mastitis están vinculadas a un vaciado insuficiente de leche, inmovilidad de la leche e inflamación. Los conductos bloqueados y la congestión de los pechos también pueden provocar una mastitis si no se tratan convenientemente.
La mastitis puede definirse como un área del pecho hinchada, sensible al tacto, caliente y con forma de cuña, que suele ir acompañada de fiebre (> 38,5 °C). A veces, los síntomas de la mastitis pueden confundirse con los de la gripe. También puede emplearse el término mastitis para hacer referencia a la inflamación del pecho que se manifiesta como enrojecimiento, dolor y calor en el pecho cuando este está congestionado u obstruido, sin que haya infección. Sin embargo, la congestión puede derivar en mastitis infecciosa o absceso mamario si no se trata como corresponde. La mastitis puede empeorar en tan solo unas horas, por lo que debe tratarse de inmediato.