El problema de la incontinencia se genera al debilitarse los músculos del suelo pélvico. Éstos sostienen la parte baja del abdomen como un arco protector en forma de hamaca flexible, y ofrecen el apoyo y sostén necesarios para la vejiga, el útero y el intestino inferior.
A través del suelo pélvico pasan los conductos de salida al exterior de estos tres órganos: la uretra, la vagina y el recto.
Además de las consecuencias físicas, la incontinencia también origina problemas psicológicos y sociales. «Entre estas consecuencias, tenemos la pérdida de autoestima y la limitación de la actividad física, sexual y laboral cuando no reciben tratamiento». Las afectadas, además, también pueden presentar trastornos emocionales relacionados con la enfermedad, como ataques de pánico, estrés y depresión.
«Las consecuencias de las disfunciones del suelo pélvico alteran de forma importante la calidad de vida de la paciente y, en cierta medida, la aíslan al repercutir negativamente en su ritmo de vida cotidiano. Muchas mujeres no van a ciertos lugares por temor a orinarse o viven con vergüenza su problema y ni siquiera se atreven a consultarlo con su médico, cuando éste podría ofrecerles ayuda. Además, cuando interfiere en la esfera sexual, pueden surgir conflictos serios de pareja».
¿Cuáles son los músculos del suelo pélvico?
El suelo pélvico es un sistema de músculos y ligamentos que cierran el suelo del abdomen manteniendo en posición correcta y en suspensión la vejiga, el útero y el recto en contra de la fuerza de la gravedad. El debilitamiento del suelo pélvico provoca uno o varios de los siguientes trastornos: incontinencia urinaria de esfuerzo, prolapsos (caída de los órganos intrabdominales) y disfunciones sexuales.
¿Cuáles son los tipos más comunes de incontinencia?
- Incontinencia de urgencia: Cuando los músculos de la vejiga están demasiado activos, lo cual causa urgencia frecuente por orinar, incluso cuando la vejiga no está llena.
- Incontinencia de esfuerzo: Cuando los músculos de la vejiga se debilitan, lo cual causa pérdida de orina al estornudar, reír o levantar algo pesado.
- Incontinencia urinaria continua o total,: que es la pérdida constante de orina.
- Incontinencia por rebosamiento o paradójica, que se produce en pacientes con procesos obstructivos en el tramo urinario inferior, que determinan una retención urinaria crónica (vaciamiento incompleto de la vejiga) pero que causa pérdidas involuntarias de orina.
- Incontinencia urinaria mixta: es la combinación de dos tipos de incontinencia: la incontinencia de esfuerzo y la incontinencia de urgencia. En este tipo de incontinencia se puede sentir un fuerte, repentino e incontrolable impulso de orinar (típico de la incontinencia de urgencia) pero a la vez se pueden sufrir pérdidas al realizar pequeños esfuerzos como toser o reír.
Principales síntomas de la incontinencia urinaria
Hay varios tipos de incontinencia urinaria, por lo que las causas y síntomas pueden variar. Los síntomas de la incontinencia urinaria pueden incluir:
- Pérdida de orina al toser, reír, estornudar o levantar objetos pesados.
- Necesidad repentina de orinar y dificultad para contener la orina hasta llegar al baño.
- Orinar con una frecuencia elevada, incluso levantarse varias veces durante la noche.
- Sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga.
- Escapes de orina inadvertidos.
¿Cuáles son las causas que debilitan el suelo pélvico?
- Embarazo: por el peso del útero
- Parto: al pasar el bebé a través de la vagina
- Posparto: ejercitar precozmente abdominales o realizar saltos, practicar deportes o llevar pesos.
- Deportes: en especial los de «saltos» y de «impacto»
- Menopausia: por los cambios hormonales, ya que provocan pérdidas de flexibilidad y atrofia e hipotonía.
- Herencia: dos de cada diez mujeres tienen debilidad innata en los músculos del suelo pélvico.
- Hábitos cotidianos: retener la orina, vestir prendas muy ajustadas, practicar canto, tocar instrumentos de viento.
- Otras causas: obesidad, estreñimiento, tos crónica, estrés y otras.
Tratamiento
El tratamiento de la incontinencia urinaria depende del tipo de incontinencia, la gravedad y la causa subyacente. Probablemente se necesite una combinación de tratamientos. Si una afección subyacente está causando tus síntomas, tu médico primero tratará esa afección.
Tu médico puede recomendar tratamientos menos invasivos para comenzar y pasar a otras opciones si estas técnicas no te ayudan.
Técnicas conductuales
- Entrenamiento de la vejiga, para retrasar la micción después de que sientes la necesidad de orinar. Puedes comenzar tratando de contenerla durante 10 minutos cada vez que sientas la necesidad de orinar. El objetivo es prolongar el tiempo entre las idas al baño hasta que orines solamente cada 2,5 y 3,5 horas.
- Orinar dos veces, como ayuda para aprender a vaciar la vejiga lo más posible para evitar la incontinencia por rebosamiento. Orinar dos veces significa orinar, y luego esperar unos minutos e intentarlo nuevamente.
- Horarios programados para ir al baño, para orinar cada dos a cuatro horas en lugar de aguardar hasta tener la necesidad de ir.
- Control de los líquidos y la alimentación, para recuperar el control de la vejiga. Es posible que tengas que limitar o evitar el alcohol, la cafeína y los alimentos ácidos. Reducir el consumo de líquidos, bajar de peso o aumentar la actividad física también pueden aliviar el problema.
El médico puede recomendarte que hagas estos ejercicios con frecuencia para fortalecer los músculos que ayudan a controlar la orina. Estas técnicas, también conocidas como ejercicios de Kegel, son especialmente eficaces para la incontinencia de esfuerzo, pero también pueden ser útiles para la incontinencia urinaria por urgencia.
Al realizar los ejercicios para fortalecer el músculo del piso pélvico, imagina que estás tratando de detener el flujo de orina. Después:
- Tensiona (contrae) los músculos que usarías para detener la micción y mantén la contracción por cinco segundos; luego, relájalos por cinco segundos. (Si te resulta muy difícil, comienza manteniendo la contracción durante dos segundos y relájalos por tres segundos).
- Continúa con el ejercicio hasta mantener las contracciones durante 10 segundos por vez.
- Intenta hacer al menos tres series de 10 repeticiones por día.
Para ayudarte a identificar y contraer los músculos adecuados, tu médico podría sugerirte que trabajes con un fisioterapeuta del suelo pélvico o incluso utilizar medicación.