Es una prueba diagnóstica no invasiva que se realiza a partir de la semana 10 de embarazo mediante un análisis de la sangre materna. Mediante ese análisis se buscan células fetales a través de las cuales se descartan anomalías en los cromosomas más importantes , entre ellos el 21, que implica Síndrome de Down, el 18-Síndrome de Edwards y el 13-Síndrome de Patau. Debe ser prescrito por un médico y la paciente debe saber que hay diferentes tipos de Test, desde el más básico hasta el más ampliado, debe de preguntarlo en el Laboratorio con quien quiera realizarse el test. Si el test es positivo, es necesario realizarse una amniocentesis que confirme el resultado.
En la actualidad no está cubierto por el Sistema Público de Salud ni las aseguradoras, y aquellas embarazadas que se lo hagan deben afrontar el gasto de forma particular. Es muy importante que el ginecólogo y/o experto en diagnóstico prenatal informe muy bien a cada embarazada de lo que puede esperar de este test y le explique muy bien el resultado obtenido.