La atrofia vaginal o vaginitis atrófica es un adelgazamiento de las paredes de la vagina, con disminución de su lubricación. Esto es lo que produce sequedad e inflamación vaginal. Los síntomas que aparecen son ardor al orinar, dolor y picor en la zona de la vagina, dolor en las relaciones sexuales, sangrado postcoito e infecciones vaginales de repetición entre otros. Los síntomas pueden pasar inadvertidos o incluso silenciados por la propia paciente por vergüenza, por motivos culturales o religiosos.
Causas de la atrofia vaginal
La atrofia vaginal es una afección ocasionada por una disminución en los niveles de estrógenos, provocando adelgazamiento, sequedad e inflamación de los tejidos que recubren el interior de la vagina.
Los niveles de estrógenos aumentan de forma drástica en la pubertad y empiezan a disminuir cuando la mujer se acerca a la menopausia, es decir, cuando el ovario va perdiendo funcionalidad.
Además del periodo menopáusico, existen otras situaciones donde puede ocurrir un descenso de los niveles de estrógenos en la mujer y conllevar a sufrir atrofia vulvovaginal. Por ejemplo, después del parto o durante la lactancia, la mujer puede sufrir vaginitis atrófica, aunque esto es menos probable. El consumo de tabaco, el ejercicio físico intenso o el estrés también son factores de riesgo para la atrofia vaginal.
Síntomas de la atrofia vaginal
Normalmente, la atrofia vaginal ocasiona infecciones vaginales y urinarias, por lo que también recibe el nombre de síndrome genitourinario en la menopausia o GSM. No obstante, esta afección también puede ser asintomática y la mujer no presenta ninguna molestia.
En cualquier caso, los síntomas principales que sufren las mujeres con atrofia vaginal son los siguientes:
- Sequedad o quemazón vaginal.
- Reducción de la lubricación vaginal.
- Picores genitales.
- Adelgazamiento de las paredes vaginales.
- Pérdida de elasticidad de la vagina.
- Irritación.
- Cambios en el equilibrio de la flora y el pH de la vagina.
- Acortamiento y endurecimiento de la cavidad vaginal.
- Sensación de ardor al orinar.
Estos síntomas pueden favorecer el sangrado leve o malestar en las relaciones sexuales, lo que pude suponer una incomodidad para la la vida cotidiana de la mujer. Por todo ello, si la mujer presenta alguno de los síntomas anteriormente enumerados, lo mejor será comunicárselo al médico para que pueda hacer un correcto estudio y diagnóstico.
Tratamiento para la atrofia vaginal
1.- Tratamiento no hormonal de la atrofia vaginal
En primer lugar, el uso de hidratantes vaginales pueden mejorar o restaurar la humedad de la zona vaginal. Aunque este tratamiento no disminuye la atrofia de la pared vaginal puesto que el déficit de estrógenos continúa, aplicar hidratantes vaginales varias veces por semana, mejora los síntomas leves como la sequedad, el dolor durante el coito o el escozor vaginal.
Otro tratamiento que puede aliviar los síntomas asociados a la atrofia vaginal son los lubricantes vaginales. Además, los lubricantes pueden ser usados como complemento a los hidratantes antes de mantener relaciones sexuales.
Es importante que tanto los hidratantes como los lubricantes sean a base de agua y silicona.
2.- Tratamiento hormonal
Los tratamientos para la atrofia vaginal que contienen hormonas están indicados para mujer con síntomas habituales y muy molestos. En algunos casos, el ginecólogo puede optar por administrar estrógenos a dosis bajas y de uso tópico (vía vaginal) o en dosis más altas, ya sea de forma oral o mediante parches cutáneos o anillos. En el caso de los estrógenos tópicos, están especialmente aconsejados para mujeres que presentan únicamente síntomas vulvovaginales.
Los estrogénos a dosis altas son administrados de modo sistémico por lo que pueden producir efectos secundarios. Debido a ello solo se aconsejan en mujeres muy sintomáticas y en casos de sequedad vaginal asociada a otros síntomas menopáusicos como sofocos.
Es importante insistir que las terapias hormonales pueden producir ciertos efectos secundarios. Por esta razón, este tipo de tratamientos no se debe administrar sin receta médica y sin supervisión por parte del especialista.
3.- Tratamiento con ácido hialurónico
Otra opción de tratamiento para la atrofia vulvar es la infiltración de ácido hialurónico. Se trata de una alternativa terapéutica que aporta elasticidad e hidratación a la zona vaginal. Esta técnica la realiza el médico en consulta y no requiere anestesia total, sino que el especialista pondrá anestesia local para reducir posibles molestias.
El ácido hialurónico es inyectado con ayuda de una aguja bastante fina en la mucosa vaginal o en la parte alta de la vagina.
Después de la inyección vaginal de ácido hialurónico, la mujer deberá evitar la exposición a la humedad. Por tanto, la paciente no deberá acudir a piscinas, saunas o jacuzzis, por ejemplo, durante al menos 10 días.
4.- Otros remedios naturales para la atrofia vaginal
Algunos remedios naturales pueden ayudar a mejorar la sensación de sequedad vaginal provocada por la atrofia vaginal. Por ejemplo, la cúrcuma parece tener un efecto beneficioso para la salud de la mujer debido a sus propiedades antibacterianas y el gel de aloe vera también es un buen hidratante para la zona vaginal, lo que mejoraría la falta de lubricación