La toxoplasmosis es una infección causada por un protozoo parásito llamado Toxoplasma gondii, un parásito intracelular obligado. Es considerada una enfermedad infecciosa , es decir, una enfermedad cuya vía de contagio se encuentra en los animales y es transmitida a los seres humanos mediante diferentes mecanismos como la ingestión de alimentos contaminados o la manipulación de heces de animales portadores.
No suele presentar ningún síntoma, por lo que suele ser difícil detectarla precozmente cuando se producen en las mujeres embarazadas. Los síntomas pueden presentarse y ser diversos dependiendo de la situación inmunitaria del paciente y al momento en que se inició la infección.
Las mujeres que se infectaron y desarrollaron anticuerpos antes de quedar embarazadas no infectarán a su bebé, pero, en caso contrario, es muy importante tomar precauciones para evitar infectarse durante la gestación. Hay que realizar un análisis de sangre a todas las mujeres embarazadas en la primera analítica para comprobar si son inmunes, y extremar las medidas de prevención si no lo son.
Prevención:
– Higiene: es fundamental lavarse bien las manos después de manipular carne cruda, verdura fresca, limpiar las heces de gato o se esté en contacto con tierra.
– Consumo de carne: es recomendable cocinar la carne (del tipo que sea) por completo antes de comerla o congelarla a -20º, puesto que el toxoplasma no se mantendrá a esa temperatura.
– Verdura cruda: la verdura podría haber estado en contacto con agua o tierra infectada por heces de animal, así que es imprescindible lavarla bien bajo el chorro de agua y frotando hoja por hoja para eliminar cualquier resto.